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Inversión de impacto: Beneficios para los inversores y para la sociedad

La sociedad, la economía y la cultura han experimentado enormes transformaciones en los últimos años. Nuestra forma de pensar, de comunicarnos y de consumir se parece bien poco a la de hace unas décadas. Esto también ha tenido consecuencias en la forma en la que invertimos y en las motivaciones que nos empujan a hacerlo. La inversión de impacto se ha abierto paso como una modalidad de inversión que conjuga la búsqueda de beneficios económicos para el inversor, con el deseo de contribuir a la transición ecológica del tejido productivo o apostar por proyectos beneficiosos para la sociedad.

Es tal su crecimiento, que la Global Impact Investing Network estima que el tamaño del mercado de la inversión de impacto supera ya la cifra de 1 billón de dólares (lo que en Estados Unidos conocen como 1 trillón, es decir, un 1 seguido de 12 ceros) en todo el mundo, aunque está concentrado en América del Norte y Europa.

Con la Agenda 2030 en el centro de todas las miradas y el objetivo de alcanzar en 2050 las 0 emisiones netas de CO2, la inversión de impacto está llamada a ser una cuestión absolutamente estratégica en las próximas décadas y a canalizar los deseos de millones de personas en contribuir con su dinero a realizar una transición ecológica que, además, no genere consecuencias negativas en algunas capas de la sociedad.

En el artículo de hoy, vamos a analizar qué es la inversión de impacto y cómo puede generar beneficios tanto para los inversores como para el conjunto de la sociedad.

¿Qué es la inversión de impacto?

Un tipo de servicio financiero en el que los inversores ponen su dinero en proyectos empresariales que tienen como misión generar impactos positivos en la sociedad, la economía y el medio ambiente. Todo ello sin renunciar a la obtención de una rentabilidad por la contratación de estos servicios de inversión.

Esta definición nos permite observar las dos claves de la inversión de impacto:

  • Es una inversión, no una donación. Las personas que apuestan por la inversión de impacto no lo hacen por mera filantropía, ni les mueve el puro altruismo. Desean compatibilizar la obtención de una rentabilidad por su dinero con la posibilidad de apoyar proyectos que produzcan beneficios para el conjunto de la sociedad. Así, la inversión de impacto, a diferencia de la filantropía, no renuncia a la rentabilidad a la hora de financiar proyectos.
  • Busca generar un impacto en la economía real y en la sociedad. Ello tiene como consecuencia que resulte crucial la capacidad de medir dicho impacto. A diferencia de las inversiones que se llevan a cabo teniendo en cuenta los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), en la inversión de impacto es fundamental poder observar el impacto directo de la inversión en la consecución de objetivos sociales o ecológicos. Es decir, no basta con invertir en empresas medioambientalmente responsables, sino que la inversión tiene que traducirse en una mejora que se pueda cuantificar y constatar.

El marco normativo europeo: La sostenibilidad en los servicios financieros

Teniendo en cuenta la creciente relevancia de la inversión de impacto y de la inversión socialmente responsable, la UE ha legislado sobre esta materia, de cara a sistematizar la información relativa a las inversiones sostenibles.

Este ámbito está regulado por el Reglamento 2019/2088 sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros.

Dicha norma, se centra en su artículo 9 en las inversiones sostenibles, estipulando qué información precontractual se debe facilitar a los inversores de cara a que decidan si contratan o no estos servicios financieros.

En esencia, este artículo incide en el empleo de índices para evaluar la sostenibilidad del impacto generado por las inversiones, así como el deber de explicar con claridad cómo se van a alcanzar los objetivos de las inversiones sostenibles.

El protagonismo de los fondos de inversión de impacto

A la hora de canalizar las inversiones de impacto han adquirido un gran protagonismo los fondos de capital riesgo focalizados en las inversiones de impacto y sostenibles. Dichos fondos tienen por objetivo financiar a empresas y compañías cuya acción repercuta positivamente en la sociedad y el medioambiente.

La creación de fondos de inversión de impacto específicos ha supuesto un hito en la extensión de este tipo de servicios financieros, si bien arrastran un problema evidente: no están abiertos a cualquier tipo de inversor, sino que solo tienen acceso a él los grandes inversores, lo cual deja fuera del terreno de la inversión de impacto a los pequeños ahorradores.

El papel que pueden jugar las modalidades de financiación alternativa

Precisamente, modalidades de financiación alternativa como el crowdequity o el crowdlending, pueden contribuir a que la inversión de impacto sea accesible para todos los inversores, aunque su capacidad de invertir sea reducida.

Aquellas compañías y proyectos empresariales que lleven a cabo actividades que repercutan positivamente en la sociedad y la ecología y contribuyan a realizar la indispensable transición ecológica deben apostar por la financiación alternativa como una vía para obtener liquidez a través de la inversión de impacto.

Más allá de intentar seducir a los fondos de inversión de impacto, la capacidad de divulgar lo que hacen entre una multitud de pequeños y medianos inversores predispuestos a invertir en este tipo de empresas es fundamental. ¿Por qué?

A la hora de crecer y consolidarse en un mercado altamente competitivo, la financiación es esencial. Y cuantas más vías para financiarse tengan estas empresas a su disposición, mayor será su capacidad de contar con los recursos económicos necesarios para ser viables y conjugar un impacto positivo en la sociedad con el objetivo central de toda empresa: obtener beneficios.

La inversión de impacto está llamada a ser una cuestión absolutamente estratégica en las próximas décadas

El deseo de contribuir a la construcción de un mundo más justo

La transición ecológica es la tarea más ambiciosa a la que tiene que enfrentarse la Humanidad en las próximas décadas. Por ello, es fundamental la participación de las administraciones públicas y las grandes compañías, pero también del conjunto de la sociedad. Todos debemos arrimar el hombro y los pequeños inversores también pueden jugar un papel crucial en esta transformación de nuestra forma de producir, consumir y vivir.

Si partimos de esta realidad y tenemos en cuenta que millones de personas están dispuestas a invertir su dinero para fomentar proyectos empresariales transformadores y sostenibles, nos encontramos con un escenario en el que resulta fundamental encontrar formas de canalizar los deseos de los potenciales inversores.

En esta cuestión puede jugar un papel trascendental la financiación alternativa. Mediante este modo de financiación alternativo al sistema financiero tradicional, se puede facilitar la conexión entre los pequeños ahorradores que quieren apostar por la inversión de impacto y las empresas que tienen por misión repercutir positivamente en nuestro planeta y cambiar nuestra sociedad a mejor.

Las cuatro Rs de la inversión de impacto: Rentabilidad, riesgo, responsabilidad, resultado

A menudo, cuando se habla de la inversión tradicional, se hace referencia a dos palabras que comienzan por R: rentabilidad y riesgo. La rentabilidad, es el beneficio económico que va a lograr la persona o entidad que invierte su dinero. El riesgo es el nivel de incertidumbre que asume cuando invierte una cantidad de dinero en un servicio financiero.

Estas Rs tradicionales siguen presentes en la inversión de impacto. Como ya señalamos antes, a diferencia de la filantropía o las donaciones, este tipo de inversiones persiguen obtener una rentabilidad. Asimismo, al igual que las inversiones tradicionales, llevan asociadas un riesgo. Al contrario de lo que se podría pensar, ni la rentabilidad tiene por qué ser menor, ni el riesgo mayor. La diferencia entre los productos de inversión tradicionales y la inversión de impacto no estriba en estas dos Rs, sino en otras dos que podríamos sumar a la ecuación.

En primer lugar, estaría la responsabilidad. En la inversión tradicional, la rentabilidad y el riesgo eran los dos factores que entraban en juego a la hora de decidirse a contratar o no determinado servicio financiero.

Mientras que en la inversión de impacto, el inversor no se mueve solo por estas cuestiones, sino también por responsabilidad social. Quiere que su dinero se emplee para fortalecer proyectos que repercutan positivamente en la sociedad.

En segundo lugar, nos encontraríamos con la R de resultado. Como ya hemos indicado, la inversión de impacto busca lograr un resultado que se pueda observar fehacientemente. A riesgo de resultar redundantes, este tipo de inversiones buscan actuar como un revulsivo que empuje a una empresa a lograr un impacto social y ecológico real. Dicho de otra forma, debe existir una relación causa/efecto entre la inversión y el resultado obtenido.

Ganar dinero invirtiendo en proyectos beneficiosos para la sociedad y el planeta

Así, si una persona realiza una inversión de impacto en una compañía que se dedica a instalar energías alternativas en entornos rurales para incentivar el autoconsumo eléctrico y contratar a personas en dichas zonas, deben ser constables los resultados obtenidos por la empresa tanto en lo que respecta a la autosuficiencia energética como en lo relativo a la contratación.

Cada día hay más personas dispuestas a invertir su dinero para ayudar a construir un tejido productivo más sostenible y dinamizar las economías locales. Asimismo, también surgen todos los días proyectos interesantes, con buenas ideas y que pueden ser viables económicamente, pero que necesitan obtener recursos económicos para ponerse en marcha, dar el salto al siguiente nivel o expandirse.

La inversión de impacto da respuesta tanto a los deseos de los inversores socialmente comprometidos y que quieren adquirir un papel activo en la transición ecológica, como a las necesidades de las empresas social y medioambientalmente responsables.

Además, mediante la inversión de impacto se logra una doble obtención de beneficios. Los inversores obtienen una rentabilidad por su dinero y la satisfacción de haber contribuido a cambiar el mundo. Y las compañías logran la financiación que necesitan para llevar a cabo sus planes. Como se diría popularmente: es un win win.

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