8 ejemplos de inversión del sujeto pasivo
El IVA está presente en prácticamente todas las operaciones de compra y venta de productos y servicios. En la gran mayoría, es el empresario quien debe cobrar este impuesto, para después remitírselo a la Agencia Tributaria cada tres meses. Pero hay veces en las que el cliente asume esta responsabilidad. Los siguientes ejemplos de inversión del sujeto pasivo ilustran cuándo se pone en marcha este mecanismo y cómo tienen que proceder los actores implicados.
En Inversa no solo somos una plataforma de financiación alternativa. En un ejercicio de transparencia, y en línea con nuestro compromiso con la formación y la inversión ética, analizamos cuestiones relevantes para nuestros inversores, como la fiscalidad y la tributación de las inversiones que realizan. A fin de cuentas, los ahorradores no solo deben saber en qué invierten. También tienen que ser conscientes de las consecuencias de su inversión. Este conocimiento no es exclusivo para los ciudadanos que deciden destinar su capital a la financiación de proyectos sostenibles.
Las compañías que entiendan los ejemplos de inversión del sujeto pasivo podrán evitar enfrentarse a sanciones como consecuencia de una errónea declaración del IVA. Esta situación se produce en muy contadas ocasiones y, en todas ellas, el consumidor debe ser un profesional en funciones. Las personas corrientes no desempeñan el papel del sujeto pasivo, tan solo se limitan a abonar el IVA en el momento de la compra. No obstante, también es conveniente que estén al tanto de los principales ejemplos de inversión del sujeto pasivo.
Qué es la inversión del sujeto pasivo
Para que se produzca la inversión del sujeto pasivo, es necesario que haya una operación comercial con IVA. Generalmente, el cliente asume el rol del contribuyente, y el comerciante es el sujeto pasivo. La primera figura se encarga de pagar el impuesto, y la segunda está obligada a subsanar la deuda ante el sujeto activo, en este caso, la Agencia Tributaria. A pesar de que el impuesto recaiga sobe el consumidor final, Hacienda se lo reclamará al empresario. Pero en los siguientes ejemplos de inversión del sujeto pasivo, es el contribuyente el que tiene que declarar el IVA. El impuesto no está incluido en la operación, pues el cliente lo abonará más adelante, y el comerciante solo puede cobrar el precio del servicio o producto suministrado. Por tanto, la misma persona ejerce como sujeto pasivo y como contribuyente de modo simultáneo.
Es ta información debe aparecer reflejada en la factura emitida por el empresario, que indicará de forma explícita que la operación se ha producido mediante la inversión del sujeto pasivo, de acuerdo al artículo la operación 84.1.2º de la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto Sobre el Valor Añadido (LIVA). Asimismo, el comerciante tiene que dejar constancia de esta clase de ventas en los modelos 303 y 390, dos documentos entregados de forma trimestral y anual a Hacienda, donde se acumula el IVA de las facturas emitidas a lo largo de ese período de tiempo.
Los ejemplos de inversión del sujeto pasivo
Conocer los ejemplos de inversión del sujeto pasivo resulta de gran ayuda para identificar las situaciones en las que se activa este mecanismo. Los ocho casos aparecen recogidos en la ley original, a excepción de los dos últimos, que fueron añadidos en una modificación posterior, y están detallados en la Ley 28/2014, de 27 de noviembre. Así, la inversión del sujeto pasivo se pone en marcha:
- En todas aquellas operaciones comerciales o prestaciones de servicios protagonizadas por personas físicas o jurídicas que no residen en el territorio de aplicación del impuesto.
- Cuando el objeto de la operación es oro sin elaborar, o productos semielaborados de oro, de ley igual o superior a 325 milésimas.
- En las entregas de desechos nuevos de la industria, residuos, desechos de fundición, desperdicios de papel, cartón o vidrio, y otras clases de materiales de recuperación.
- Cuando el objeto de la operación son los derechos de emisión, las reducciones certificadas de emisiones o las unidades de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
- En las entregas de determinados bienes inmuebles, como aquellas derivadas de un proceso concursal o aquellas efectuadas en ejecución de la garantía.
- En las ejecuciones de obra, haya o no aportación de materiales, además de las cesiones de personal para su puesta en marcha, cuando el objetivo es urbanizar un terreno o construir o rehabilitar una edificación.
- Cuando se produce una entrega de plata, platino o paladio, ya sea en bruto, en polvo o semilabrado.
- Cuando el objeto de la operación son teléfonos móviles, ordenadores portátiles, tabletas digitales o consolas de videojuegos, siempre que los adquiera un revendedor o el importe total supere los 10.000 euros.
¿Qué hacer si recibimos una factura con la inversión del sujeto pasivo?
Si los profesionales no conocen estos ejemplos de inversión del sujeto pasivo ni el funcionamiento de este mecanismo, es posible que se sientan un poco perdidos al recibir una factura de esta naturaleza. Pero este proceso no tiene por qué ser complicado.
El primer paso consiste en comprobar que, efectivamente, aparece la mención expresa a la normativa, con el fin de garantizar que todo se produce dentro de los límites legales. El cliente registra la cantidad y, cuando finaliza el trimestre y llega el momento de declarar el IVA, se autorrepercute el impuesto. ¿Cómo se lleva esto a cabo? Tan solo debe señalarlo en el modelo 303, incluyendo esa cifra en las casillas de IVA devengado e IVA deducible para enviárselo a la Agencia Tributaria. De la misma manera, al acabar el año, replicará esto en el modelo 390. Si el organismo acepta la deducción del IVA, el consumidor habrá pagado una cantidad menor por el bien adquirido que en condiciones normales, puesto que se ahorra el pago del impuesto. Este es, precisamente, uno de los grandes beneficios de la inversión del sujeto pasivo.
La importancia de identificar todos los ejemplos de inversión del sujeto pasivo es capital. Y es que descuidar cualquier detalle puede enfrentar al profesional a sanciones debido al incumplimiento de sus obligaciones tributarias. Al fin y al cabo, carga con la responsabilidad de declarar este impuesto ante Hacienda. La Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto Sobre el Valor Añadido detalla estas multas, que supondrán el 1 % de las cuotas devengadas correspondientes a las operaciones que provocaron la sanción, desde un mínimo de 300 euros y hasta un máximo de 10.000. En definitiva, conocer los ejemplos de inversión del sujeto pasivo resulta indispensable, no solo para los directivos de las grandes empresas, sino que también puede resultar útil para todos los actores del sistema financiero, incluyendo aquellas personas que deciden financiar facturas para obtener rentabilidad.