Interés compuesto o cómo sacar rentabilidad a tu rentabilidad.

14/12/2020
Interés compuesto o cómo sacar rentabilidad  a tu rentabilidad.

A la hora de gestionar nuestros ahorros debemos de tener en cuenta diferentes detalles: El más importante de todos, es hacer algo con ellos. Existen varias opciones: gastar, ahorrar o invertir. Si el dinero se ahorra en efectivo o en una cuenta corriente no remunerada, estaría perdiendo valor con el tiempo debido a la inflación. Por eso, lo primero que debemos hacer es buscar una rentabilidad para dichos ahorros acorde a nuestro nivel de riesgo, fijándonos en posibles comisiones o gastos. Pero hay otro detalle importante: el interés. Existen dos tipos de interés: el simple y el compuesto. Se calculan de diferente manera y es importantísimo a la hora de tomar una decisión. A nivel personal, si pedimos un préstamo probablemente nos convenga que los intereses se calculen con el método simple, pero si vamos a invertir nuestros ahorros, nos conviene el compuesto. ¿Por qué? Vamos a entenderlo con un ejemplo: La diferencia entre el interés simple y el compuesto radica en que en el simple los intereses se calculan sobre el capital inicial, mientras que en el compuesto los intereses se calculan sobre el capital más las ganancias acumuladas. Esto implica, ceteris paribus (manteniendo constante el capital inicial y el tipo de interés), que las ganancias serán mucho mayores con el interés compuesto que con el simple.  En el ejemplo superior, el tipo de interés y el capital inicial es el mismo, pero los beneficios son mayores con el interés compuesto: 2.400 € < 2.597,12 €. Aplicar uno u otro método de cálculo de interés, supone una diferencia de 197,12 €. El interés compuesto implica un crecimiento exponencial del beneficio: cuantos más años dure la inversión o mayor sea la cuantía, mayor será la diferencia, mientras que con el interés simple el crecimiento es lineal: en todos los periodos de la inversión se obtiene lo mismo. Veamos la fórmula en profundidad para entenderla: Ci = Capital inicial = 10.000 € Cf = Capital final (diferente en cada caso) i = Tasa de interés anual = 8% = 0,08 n = Periodo de tiempo = 3 años En el caso de que el periodo de capitalización no fuese anual, habría que sustituir la “n” por “n/k”, según sea semestral (k=2), cuatrimestral (k=3), trimestral (k=4) o mensual (k=12). Ahora que ya sabemos diferenciar entre ambos tipos de interés, si tenemos que elegir entre ambos con el mismo importe, lo lógico es que prefiramos el interés simple a la hora de contratar un préstamo, pero el compuesto a la hora de invertir nuestros ahorros. Pero, ¿qué tipo de interés cobran los inversores en Inversa? En el momento en el que se hace efectiva la recepción del pago del cedente, Inversa ingresa los intereses en las cuentas de los inversores que hayan invertido en dicha factura o pagaré. Por lo tanto, los intereses se abonan al inversor de forma anticipada, en el momento en el que se formaliza la cesión. Esto implica que casi en el mismo momento en el que se realiza una inversión, los inversores reciben los intereses por anticipado para así poder reinvertirlos desde ese mismo momento. Así se obtiene un interés compuesto y, por lo tanto, un mayor beneficio. ¿Por qué las facturas tienen tipos de interés diferentes? La tasa de descuento, destinada íntegramente a los inversores y de forma anticipada, se establece en el estudio de riesgo de la operación. Como se puede observar, depende de la opinión de crédito y el rating. ¿Qué intereses cobra la plataforma? Inversa NO cobra absolutamente nada a los inversores: ni comisiones, ni gastos de gestión o apertura, intereses… Los inversores SOLO RECIBEN intereses en relación a la factura que ha ayudado a financiar, NUNCA PAGAN. Inversa solo cobra comisiones a las empresas cedentes, así como otros gastos repercutibles, pero para los inversores es un servicio totalmente gratuito. Para más información, puedes consultar el apartado de “Contratos y Tarifas”.


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