Invertir en oro: ¿es realmente la alternativa más segura?

Miles de inversores se inclinan por invertir en oro, uno de los metales preciosos más codiciados debido a su estabilidad y su liquidez
¿Es conveniente invertir en oro? Pocas cosas han sido tan codiciadas a lo largo de la historia como este metal. El transcurso de los siglos no le ha restado importancia: adornaba las mejores estatuas en la Antigua Grecia, desencadenó la búsqueda de los tesoros aztecas y sus yacimientos desataron la fiebre del oro en el siglo XIX.
Reyes, conquistadores, piratas, empresarios… Prácticamente todo el mundo ha estado en su búsqueda. Los malhechores amenazaban con «la bolsa o la vida». Y a día de hoy se continúa afirmando que «el tiempo es oro». Dos comparaciones que elevan a esta materia prima a un nivel tremendamente elevado, presumiéndole un valor equiparable no solo al del tiempo, sino al de la propia vida.
El oro también es uno de los productos de inversión más antiguos. Ha sido usado como método de pago desde los primeros tiempos, como en el siglo VII a.C., cuando se acuñaron en el reino de Lidia las que son consideradas las primeras monedas del mundo, fabricadas con una aleación de oro y plata, o durante la época de Julio César, en la que ya era habitual emplear los áureos para comerciar con productos y servicios.
Y es innegable que a día de hoy continúa tan vigente como hace dos milenios. De hecho, según los datos proporcionados por el Consejo Mundial del Oro, en el 2022 la demanda de este material experimentó un crecimiento anual del 18 %, anotando la cifra más alta en más de una década: 4.741 toneladas.
Tarde o temprano, es usual que todos los inversores se planteen la conveniencia de invertir en oro. Pero, ¿a qué se debe su éxito?
Este metal es considerado el activo refugio por excelencia. Es una inversión sólida y segura, especialmente cuando se tiene la mente puesta en el largo plazo. Y proporciona una estabilidad muy valiosa en un escenario tan marcado por la inestabilidad como el actual, en el que más y más personas se afanan por conseguir la libertad financiera.
Ahora bien, ¿cuáles son los puntos fuertes que lo hacen tan atractivo ante los ahorradores? ¿Y los puntos débiles que los pueden disuadir de invertir en oro?
Las ventajas de invertir en oro
Para comenzar, el oro es uno de los productos más líquidos del mercado. A diferencia de las dividas o de los bonos del Estado, es aceptado y valorado universalmente, por lo que es posible convertirlo en efectivo en cualquier lugar del planeta, independientemente de dónde se haya adquirido. Cuando se trata del oro no existen idiomas ni fronteras.
Tampoco se deprecia de forma tan acusada como el resto de productos, especialmente cuando se aleja la mirada y se observa la evolución histórica. Su valor es sostenido en el tiempo, siendo mucho más estable que otros activos, que tienden a ser más volátiles y suelen depender directamente de los sucesos de la actualidad. Un escándalo empresarial o un cambio en la legislación pueden hundir a una compañía en la Bolsa, pero es más difícil que logran desplomar el precio del oro.
Una gran parte de las toneladas extraídas de oro son utilizadas para la producción de joyas: un sector con una demanda muy alta que contribuye a estabilizar su precio. Constantemente se están creando nuevas piezas y artículos de joyería fabricados con este material, por lo que el mercado siempre lo va a demandar, lo que constituye una auténtica garantía para los inversores que dudan acerca de si invertir en oro.
Por otra parte, su valor suele aumentar cuando llegan un período de inflación, por lo que se erige como un buen mecanismo de defensa para las personas que desean tomar medidas frente al ascenso generalizado de los precios.
Y, por último, la adquisición de oro resulta de gran utilidad para diversificar la cartera de inversión de los ahorradores. Poner todos los huevos en la misma cesta puede ser un error garrafal, de ahí que muchos deseen implementar una estrategia de inversión basada en la diversificación. Invertir en oro puede ser, por tanto, el complemento ideal a la compra de acciones o de títulos de deuda, disminuyendo así el nivel de riesgo al que se enfrenta el inversor.
Pero no es oro todo lo que reluce…
Las desventajas de invertir en oro
Uno de los principales inconvenientes de invertir en oro es que, a diferencia de otros productos de inversión, el ahorrador no disfruta de ingresos pasivos, como sí puede suceder con los dividendos asociados a las acciones. En este caso, los únicos beneficios que recibirá serán en el momento de la venta, y estos dependerán de cuánto haya aumentado su valor en comparación con el momento de la compra.
No obstante, puede darse la situación de que se adquiera el oro cuando el precio era muy alto debido a una burbuja especulativa. Y que, cuando el inversor desee transformarlo en efectivo para recuperar su capital, el precio de cambio sea sensiblemente inferior, lo que daría lugar a pérdidas.
Por otro lado, si se compra el oro de forma física es indispensable almacenarlo y protegerlo adecuadamente. Este metal no solo ocupa espacio, sino que también es susceptible de ser dañado o, incluso, robado. Por esta razón, el comprador debe esforzarse por encontrar un espacio en el que resguardarlo.
Y tampoco hay que olvidar que, al igual que sucede con el resto de inversiones, una vez se ha producido la venta es necesario tributar por las ganancias obtenidas, señalándolo en la declaración de la Renta y abonando los impuestos correspondientes. Hasta los 6.000 € es obligatorio pagar un 19 %, mientras que de 6.000 € a 50.000 € el tipo asciende hasta el 21 %, y a partir de los 50.000 € se aplica un 23 %.
Con todo, en la Unión Europea existe un régimen fiscal singular que exime del pago del IVA a los involucrados en las operaciones de compraventa relacionadas con la inversión en oro.
¿Qué métodos hay para invertir en oro?
No hay una única forma de invertir en oro. Todo lo contrario. Los ahorradores tienen a su disposición una serie de mecanismos, y pueden elegir de entre ellos el que les parezca más conveniente o el que se ajuste más a sus necesidades.
Uno de los modos más populares de invertir en oro es, como no puede ser de otra manera, comprarlo directamente. Ya sea mediante joyas, monedas o lingotes. Es la técnica más convencional, y obliga a los compradores a almacenar la cantidad que hayan adquirido.
Otras personas, sin embargo, optan por invertir en oro de forma indirecta. Por ejemplo, comprando acciones de una empresa minera dedicada a la extracción y venta de oro. Ya que su actividad comercial se basa en esta materia prima, es usual que el precio de sus acciones aumente conforme aumenta el precio del oro, y viceversa. Pero es crucial tener presente que aquí entran en juego muchos más factores, por lo que es una opción más arriesgada, y se debe investigar a fondo la viabilidad de la compañía antes de inyectar el capital en ella.
Otra de las opciones más habituales consiste en adscribirse a un ETF (Exchange Traded Funds) especializado en el oro. Es decir, un fondo de inversión que se dedica a invertir en oro y cuyo precio suele replicar el comportamiento de este material. La compraventa de los títulos se negocia de manera similar al resto de fondos, pero hay que tener presente que esta alternativa entraña ciertas comisiones y gastos de gestión.
Para finalizar, otros inversores prefieren recurrir a los contratos de futuros, un acuerdo entre el comprador y el vendedor en el que se establece la fecha futura de entrega de una determinada cantidad de una materia prima. El precio se fija de antemano, por lo que hay un componente de incertidumbre, pero ambas partes se comprometen por adelantado a facilitar la negociación y el intercambio.
Inversa, una alternativa para obtener ganancias seguras
Como hemos visto a lo largo de este artículo, la estabilidad y la liquidez que caracterizan al oro son dos de las principales razones por las que ha sido, es y será un activo tan apreciado por inversores de todo tipo. Pero otro de sus grandes atractivos es, sin ninguna duda, las buenas rentabilidades que ha ofrecido recientemente.
En el último año, su valor ascendió más de un 10 %. Si se aleja un poco la vista y se observa el último lustro, este crecimiento escala hasta el 59 %. Y en los últimos quince años ha aumentado en más de un 140 %.
En definitiva, este metal puede proporcionar ganancias muy jugosas a quienes decidan invertir en oro. Siempre y cuando lo adquieran en un momento adecuado. Y es que, como todos los productos de inversión, también puede provocar pérdidas muy significativas.
Ahora bien, ¿existe alguna alternativa igual de estable y sólida con la que disfrutar de beneficios sin exponerse tanto al riesgo?
Las personas que están en busca de un mecanismo de inversión con estas características encontrarán en Inversa Invoice Market un aliado de gran valor. Esta plataforma de financiación alternativa, basada en el adelantamiento de facturas, ofrece rentabilidades muy interesantes a todos los usuarios de su marketplace.
Una fórmula basada en el crowdfactoring, que trabaja a corto plazo y permite a los ciudadanos financiar a pequeñas empresas a la vez que disfrutan de intereses de hasta el 10 % en períodos de tiempo que, en ocasiones, son inferiores al mes o a los tres meses, dependiendo siempre de las condiciones de cada operación.
A diferencia de invertir en oro, los riesgos son mucho menores. A fin de cuentas, el precio de este metal es variable, y siempre cabe la posibilidad de que pueda descender. En Inversa, el ahorrador conoce de antemano cuál será su beneficio. Además, muchas de las facturas están aseguradas, y se examina detenidamente la solvencia y el comportamiento en el pasado de todas las compañías que solicitan financiación.
Una alternativa con la que es posible insuflar a los negocios locales el apoyo que necesitan a la vez que se recibe un interés superior al de muchos otros mecanismos. Todo ello, sin poner en jaque la seguridad.