La economía de lo intangible

Un activo intangible es un activo que no es material, es decir, no se puede ver ni tocar, y no tiene forma física. A pesar de ello, son recursos muy valiosos. Su impacto es amplio, ya que se encuentra en todo: una denominación de origen en alimentos, un algoritmo o software o un secreto industrial como la famosa receta de la Coca-Cola. La imagen de marca, el packaging, la propiedad intelectual, los derechos económicos o contractuales también son ejemplos de activos intangibles que agregan valor.
¿Qué tienen que ver los gimnasios con Uber?
Si te preguntan por una de las mayores compañías de taxis a nivel mundial, se te vendrá a la mente Uber. Pero en realidad Uber no tiene un solo taxi, y tampoco tiene empleados conductores. No es que sea Uber un caso aparte: si analizamos los balances de grandes compañías como Apple, Microsoft, LinkedIn… no tienen casi activos tangibles, ¡parece que están hechas de aire!
Uno de los negocios más físicos del mundo, como son los gimnasios, hace años que se han sumado a la revolución de los intangibles: imparten actividades como Zumba o BodyPump, que son marcas registradas procedentes de otra empresa que diseña las rutinas de ejercicios, posee los derechos de autor de la música, capacita a los instructores… etc. cobrando una licencia por ello.
Un mundo con infinidad de oportunidades
Los activos intangibles son más escalables pero sus costes son más propensos a hundirse y a crear derrames que los tangibles. Ofrecen multitud de oportunidades debido a su capacidad de generación de estrategias de integración o sinergias.
Estas sinergias pueden ser sencillas, como los derechos de autor de una canción con una marca que la utiliza para su publicidad, o los diseños de una colección de ropa con la marca que la comercializa.
En el caso de Uber, algo más complejo, gestiona una cadena de valor a partir de lo intangible: el software, la participación de conductores, el capital corporativo y los datos de los clientes. Un software como el suyo se puede utilizar al mismo tiempo en diferentes lugares con la misma efectividad, por lo que su escalabilidad y oportunidades son enormes. Y ya no pensemos en los datos que recopila y todo lo que se podría hacer con ellos: ¡su valor es altísimo!
Las FinTech también nos movemos en la economía de lo intangible, por lo que Inversa es un buen ejemplo. El software de Inversa es un activo intangible que se sigue desarrollando y mejorando, así como el know-how de nuestros compañeros del back-office, lo que aumenta el valor del activo. Respecto a su escalabilidad y oportunidades, podríamos venderlo o aplicarlo a otra empresa con otra marca, trabajar en diferentes países… etc., así como desarrollar sinergias con una empresa que ofrezca servicios que nos aporten valor.
Como sabéis, existen diferentes tipos de FinTech, como explicamos en un artículo anterior. Uno de los segmentos en los que se pueden agrupar es el de dinero electrónico, un activo intangible que suscita variedad de opiniones y posturas, dependiendo del punto de vista por el que se mire. Vamos a hacer una pequeña reflexión con ambos argumentos para entender su complejidad.
¿Conviene la eliminación del dinero en efectivo?
El dinero electrónico lleva años ganándole la batalla al dinero en efectivo, que va reduciendo su uso progresivamente año tras año.
En 2011 las compañías telefónicas españolas unificaron sus estándares para crear la NFC, que permite el pago a través de móviles. En 2016 los pagos con tarjeta superan al efectivo retirado de cajeros y en 2020 el 22% de los españoles deja de usar efectivo. La pandemia ha acelerado esta tendencia por miedo al contagio, pero la eliminación del dinero en efectivo no es tan fácil como aparenta.

La banca central estaría a cargo de la política monetaria, lo que puede verse como positivo si se está a favor del intervencionismo, pero negativo si no se confía en el sistema o si por ejemplo penalizan el ahorro con intereses negativos. Este solo es el primer punto de los desacuerdos. Existen multitud de argumentos a favor y en contra, que se pueden resumir en los siguientes:
Argumentos a favor:
- Eliminación del riesgo de contagio entre bancos y países en caso de crisis bancarias o financieras. También desaparece el pánico bancario al no poder realizarse retiradas masivas de dinero en metálico, solo cambiar los depósitos de entidad.
- Control de fugas de capitales. (Discutible en el caso de paraísos fiscales que cuentan con entidades financieras opacas).
- Los costes de gestión, producción y mantenimiento del dinero en efectivo desaparecerían: impacto ambiental nulo.
- Redistribución más efectiva de la riqueza al gravar la economía sumergida, ya que desaparecería con la digitalización.
- Aumento de la productividad de muchas pymes al agilizar el proceso de pago.
Argumentos en contra:
- La tecnología no está lo suficientemente desarrollada como para soportarlo.
- A determinados colectivos les conviene mantener el dinero en efectivo, ya que es complicado de rastrear, por lo que no será fácil de eliminar.
- Consolidaría el monopolio de la banca sobre el dinero, y el poder de la economía estará en las manos los bancos centrales.
- Incursión en la privacidad y libertad en las economías domésticas.
- Aumento de la desigualdad social y económica: los ciudadanos no bancarizados quedarían excluidos financieramente.
Lo que si que está claro es que para seguir avanzando e implementar las facilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías en nuestro día a día, es necesario implementar una regulación a la altura de las necesidades de la sociedad, algo nada fácil. ¿Qué nos deparará el futuro?