Crowdlending inmobiliario, cuando los inversores cimientan las casas

07/03/2023
Crowdlending inmobiliario, cuando los inversores cimientan las casas

Mediante el crowdlending inmobiliario, los inversores financian la construcción o renovación de bienes inmuebles y reciben un beneficio a cambio

A día de hoy, es posible financiar prácticamente cualquier cosa. Una empresa, unos estudios, un coche… Incluso un edificio. Un mundo infinito de posibilidades se despliega ante los inversores. Y muchos de ellos apuestan por el crowdlending inmobiliario para obtener un beneficio de sus ahorros.

Mediante este sistema, las personas invierten en un proyecto inmobiliario, apoyando económicamente a una constructora o promotora que va a construir un edificio para, más adelante, ponerlo a la venta.

Estas operaciones se producen en plataformas de financiación alternativa. Espacios online que conectan a los particulares que buscan multiplicar su capital con los promotores que necesitan financiación para levantar un inmueble. Ambas partes deciden recurrir a estos canales porque les suelen proporcionar mejores condiciones que las entidades financieras tradicionales.

Las plataformas de crowdlending inmobiliario, que están avaladas por las autoridades competentes, funcionan como una especie de marketplace. Dentro de sus labores se halla la auditoría y el análisis de la viabilidad de los proyectos, con el objetivo de asegurar que se ajustan a la legislación y ofrecen una serie de garantías dirigidas a proteger a los inversores.

Las constructoras que se inclinan por el crowdlending inmobiliario logran diversificar sus fuentes de crédito. Por el contrario, centralizarlas significaría depender exclusivamente de una única entidad, como un banco, que gozaría de más poder sobre la firma.

Más adelante, las compañías deberán reembolsarles a los ahorradores la cantidad que estos le prestaron originalmente. Una devolución que se puede hacer efectiva de dos maneras distintas: pagándola en plazos, a través de diferentes cuotas mensuales, o restituyéndola de forma íntegra una vez llega la fecha de vencimiento del préstamo.

Independientemente de la opción escogida para devolver el dinero, las organizaciones incluyen el interés establecido en el contrato: un determinado porcentaje de la suma total, donde radica la ganancia del inversor. Una suerte de recompensa por haber adelantado el dinero.

Las ventajas del crowdlending inmobiliario

El principal punto a favor del crowdlending inmobiliario consiste en que no es necesario poseer un patrimonio muy elevado para participar. Algunas plataformas permiten que las personas se inicien en este mundo con tan solo cincuenta euros, un umbral muy asequible.

¿Cómo puede ser posible que se financie un edificio con cantidades tan insignificantes? Gracias a una de las características definitorias del crowdlending: el poder de la multitud.

Individualmente, resultaría impensable que cada uno de los ahorradores pudiese financiar la construcción de un inmueble. Pero el crowdlending junta a un gran número de personas que persiguen un objetivo común y que, dándose la mano, son capaces de lograr.

Unir a las personas hacia una misma dirección ha democratizado considerablemente el sistema financiero. En el pasado, la inversión en inmuebles estaba reservada a actores con mucho poder adquisitivo. Ahora, con el crowdlending inmobiliario, un mileurista también puede obtener ganancias financiando edificios. Esto ha supuesto una mejora muy sustancial de la igualdad de oportunidades, ya que se evita la exclusión de las personas con menos recursos.

Asimismo, los ahorradores pueden utilizar el crowdlending inmobiliario para diversificar su cartera de inversiones. Una estrategia clave para minimizar todo lo posible el riesgo que asumen y mejorar sus estrategias de inversión. Si uno de los productos por los que han apostado fracasa o da pérdidas, se pueden apoyar en las ganancias de los demás, de modo que amortiguan su impacto y su situación económica no se verá tan perjudicada.

Otra de sus ventajas es que este mecanismo no entiende de fronteras. Las personas pueden dirigir su capital hacia proyectos inmobiliarios ubicados en otros países, teniendo siempre en cuenta la legislación vigente en ellos.

Además, la intermediación de las plataformas de crowdlending inmobiliario facilita que el prestamista y el prestatario conecten de manera fácil y rápida, cerrando las operaciones en un punto de encuentro seguro.

Los riesgos del crowdlending inmobiliario

Es indispensable tener presente que el crowdlending inmobiliario, al igual que el resto de formas de inversión, no está exento de peligros. Y el que más preocupa a los inversores es el riesgo de impago.

Si la promotora se encuentra sufre problemas de liquidez a la hora de saldar sus deudas, puede encontrarse con serias dificultades para devolver el dinero a los prestamistas, a pesar de que, por contrato, está obligada a ello. Y estos tendrán que iniciar un largo y costoso proceso de reclamación para recuperar el préstamo. Por esta razón, hay que asegurarse de contar con un colchón financiero y no invertir un dinero que se pueda necesitar a corto plazo.

¿A qué se puede deber esta falta de liquidez? Las causas son muy variadas. Para empezar, puede producirse por gastos imprevistos, desperfectos en el edificio o retrasos durante el proceso de construcción.

Una crisis en el sector, como la del año 2008, o un aumento generalizado de los precios de las materias primas, como el que tuvo lugar durante la pandemia, también pueden perjudicar gravemente su liquidez.

En otros casos, la causa se halla en la depreciación del propio inmueble. Una situación en la que influyen factores externos, como el grado de criminalidad del barrio o el atractivo de la zona, variables que aumentan y disminuyen con el paso del tiempo, e inciden directamente en el valor de los edificios.

Tipos de crowdlending inmobiliario

Hay dos grandes clases de préstamos relacionados con el crowdlending inmobiliario: los préstamos con garantía hipotecaria y los préstamos de desarrollo inmobiliario.

En los préstamos con garantía hipotecaria, a pesar de ser considerados un tipo de crowdlending inmobiliario, el inversor no emplea sus ahorros para financiar un edificio. Este sistema se basa en la concesión de préstamos para apoyar los proyectos o la ampliación de capital de una organización, que recurre a la financiación colectiva y pone como aval un inmueble o una garantía hipotecaria.

Por otra parte, se encuentran los préstamos de desarrollo inmobiliario, la clase más popular de crowdlending inmobiliario. Su mecánica es la que se ha explicado anteriormente: una constructora busca una determinada suma de dinero para construir un inmueble, cuyo uso puede ser comercial, residencial o industrial. Sin embargo, desea huir de las entidades financieras convencionales, por lo que recurre a un conjunto de ahorradores, que le conceden los préstamos a nivel individual.

Más tarde les tendrá que devolver esa cantidad, incluyendo además los intereses pactados. Pese a que en esta modalidad no se suele poner como aval la obra construida, suele haber otra garantía que cubra el riesgo de impago para proteger a los particulares y no desincentivar la inversión.

El crowdfunding inmobiliario

Existe un mecanismo de inversión muy similar al crowdlending inmobiliario que, si bien comparte muchas de sus características, introduce una variación con una importancia radical. Estamos hablando del crowdfunding inmobiliario. Una auténtica prueba de la extrema personalización del mundo de la inversión, en un esfuerzo por adaptarse a las necesidades de todos los perfiles.

La principal diferencia entre el crowdlending y el crowdfunding consiste en que, en la primera opción, la compañía está obligada a devolver las aportaciones de las personas que colaboran, agregando un interés.

No obstante, en el crowdfunding, las contribuciones de los particulares tienen un carácter voluntario. La empresa no tiene que reembolsarles absolutamente nada, aunque puede premiar su apoyo y ofrecerles una pequeña parte del capital. De este modo, si el proyecto tiene éxito, disfrutarán de los beneficios.

Trasladado al mundo inmobiliario, las similitudes y diferencias son idénticas. En el crowdfunding inmobiliario, un número considerable de personas se agrupan con el mismo objetivo: adquirir, construir o renovar un inmueble. En el futuro, lo explotarán, procediendo a la venta o alquiler de los apartamentos o locales, y se repartirán los ingresos entre todos.

La ganancia no depende de los intereses del contrato, sino de los beneficios obtenidos. Si el proyecto es exitoso, serán elevados. Si falla, habrá ninguna garantía para recuperar el dinero. La implicación es mucho más directa: en ocasiones, los propios inversores son los encargados de sacar adelante la iniciativa. En el crowdlending inmobiliario, el inversor se mantiene ajeno, y se limita a recibir los beneficios.

Independientemente de la opción escogida, las personas disfrutan de la satisfacción de no estar invirtiendo en algo lejano e intangible. Gracias a su apoyo, se pueden levantar negocios y habilitar viviendas, impactando positivamente en las vidas de las familias y fomentando la inversión ética.

David Martínez Rego
Asesor Tecnológico en Inversa Invoice Market

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