Invertir en deuda pública en 2025: Ventajas e inconvenientes

24/01/2025
Invertir en deuda pública en 2025: Ventajas e inconvenientes

Cada persona tiene su propia lista de prioridades y esto no solo afecta a la vida, sino también a la inversión. Es aquí, en el enfoque de la inversión, donde nos encontramos con dos tipos de inversores: los que sitúan la rentabilidad a la cabeza del ranking, conduciéndolos a escoger productos con un alto riesgo, y los que reservan el primer puesto para la seguridad, especialmente cuando se trata de poner en juego sus ahorros. Y es en este último grupo donde nos encontramos a los que prefieren invertir en deuda pública.

En 2025, la inversión en deuda pública sigue siendo una opción más que atractiva para muchos inversores que buscan la seguridad y estabilidad en un entorno económico a menudo impredecible. Sin embargo, es fundamental entender bien este instrumento y sus características para poder tomar decisiones informadas.

A continuación, analizaremos cómo funciona la deuda pública, sus tipos y los beneficios e inconvenientes que conlleva invertir en este activo.

¿Qué es la deuda pública?

La deuda pública es el conjunto de obligaciones financieras que un gobierno emite para financiar su déficit presupuestario o proyectos de infraestructura. Los inversores que adquieren esta deuda prestan dinero al Estado a cambio de un interés fijo, generando rendimientos a lo largo del tiempo.

Los gobiernos emiten deuda pública mediante la venta de bonos, letras o pagarés, los cuales pueden ser adquiridos tanto por inversores institucionales como particulares. El gobierno se compromete a devolver el capital junto con los intereses en un plazo determinado.

Cuando se invierte, se apoya económicamente a una iniciativa. En muchas ocasiones, este dinero va destinado a empresas, desde pequeños negocios que participan del crowdfunding a grandes multinacionales que cotizan en la bolsa de valores. Sin embargo, también es posible apoyar a los estados.

Al igual que sucede con las compañías, los países necesitan capital para financiarse. Para captar ese dinero se emiten los títulos de deuda pública. Los ciudadanos adquieren esos valores de renta fija, prestándole al estado parte de su dinero de forma temporal. Y una vez vencido el plazo, no solo reciben nuevamente la cantidad original, sino que son recompensados con un determinado interés, siendo aquí donde radica su ganancia.

Invertir en deuda pública: ¿es una inversión segura?

Invertir en deuda pública es una de las alternativas más seguras de la actualidad. ¿Por qué? Porque cuenta con el respaldo de todo un país al tiempo que los productos que se subastan son de rentabilidad fija. Teniendo estos dos puntos en cuenta, el ahorrador conoce de antemano cuál será su beneficio.

Gracias a este conocimiento, el inversor mantiene alejada la incertidumbre así como tiene la certeza de que su ganancia no dependerá de las variaciones del mercado.

Debemos tener en cuenta que, desde que un inversor toma la decisión de realizar su inversión en deuda pública, sabe desde el primer minuto que no se enfrentará a pérdidas. Pase lo que pase, la rentabilidad está asegurada. Por ello, se le permite realizar una estrategia de inversión mucho más acertada y enfocada a su caso.

Tipos de deuda pública disponibles

Cuando se desea invertir en deuda pública, no basta simplemente saber que se puede hacer e indicar, simplemente, que se quiere invertir. Los inversores pueden escoger entre distintos tipos de deuda pública que, aunque tienen un funcionamiento muy similar, cuentan con ciertas diferencias.

Las diferencias radican, sobre todo, en el tiempo durante el cual se puede disponer del dinero así como la forma de cobro.

Letras del Tesoro

Es la opción más interesante para aquellos que deseen invertir en deuda pública con una ganancia rápida. En este caso, las Letras del Tesoro funcionan a corto plazo. Se emiten a tres, seis, nueve y doce meses. Esto las convierte en una opción atractiva para los inversores conservadores que buscan liquidez rápida así como un nivel de riesgo bajo.

Los intereses de este tipo de inversión se recogen cuando finaliza el plazo que, en algunos casos, suele ser a los noventa días.

Bonos del Estado

Esta es la opción intermedia ya que su reembolso se produce pasado un período de tiempo superior a los dos años e inferior a los cinco años. A diferencia del caso de las Letras del Tesoro, no se cobran cuando finaliza la operación, sino que se le va reembolsando el dinero al inversor mediante cupones, los cuales suelen tener una periodicidad mensual.

Obligaciones del Estado

Esta alternativa únicamente es recomendable para las personas que cuentan con un colchón económico, sin necesidad de echar mano de los ahorros a corto plazo. Las Obligaciones del Estado tienen, como mínimo, una duración de cinco años, aunque en algunos casos puede llegar a durar varias décadas.

¿Y qué sucede con su cobro? Funcionan exactamente igual que los Bonos, entregándole el interés al ahorrador a través de cupones de forma regular. 

Bonos internacionales

En la actualidad, también es posible invertir en bonos emitidos por gobiernos extranjeros. Estos pueden ofrecer rendimientos atractivos en economías emergentes, aunque el riesgo de divisa así como las políticas monetarias locales deben ser cuidadosamente evaluados, sobre todo asegurándose de que se adapta al caso de cada inversor.

¿Es rentable invertir en deuda pública?

Una de las principales dudas que puede acudir a la mente de los inversores es si, realmente, la inversión en deuda pública resulta rentable. Si bien la respuesta es afirmativa, viene con ciertos detalles a considerar y es que aquí reside otra de las diferencias entre las distintas deudas públicas.

La rentabilidad de invertir en deuda pública no es la misma en todos los casos. Evidentemente, no va a ser la misma rentabilidad invertir en Letras del Estado que en Obligaciones del Estado.

Cuanto más lejana es la fecha de vencimiento, mayor será el interés con el que se recompensa al inversor, siendo normalmente este cercano al 3%.

Ventajas de invertir en deuda pública

  • Seguridad y bajo riesgo - La deuda pública se considera una de las inversiones más seguras ya que está respaldada por el Estado. En caso de turbulencias económicas, los gobiernos suelen honrar estos compromisos para mantener su credibilidad financiera.
  • Rentabilidad en entornos de tipos de interés elevados - En 2025, con los tipos de interés en niveles más altos debido a la recuperación económica, la deuda pública ofrece rendimientos competitivos en comparación a otros años. Esto lo convierte en una opción atractiva para quienes desean estabilidad con rentabilidad razonable.
  • Liquidez y flexibilidad - Muchas emisiones de deuda pública pueden negociarse en mercados secundarios, lo que permite a los inversores liquidar sus posiciones antes del vencimiento, ofreciendo de este modo flexibilidad financiera.

Inconvenientes de invertir en deuda pública

  • Rentabilidad limitada frente a otros activos - Aunque la deuda pública es segura, su rentabilidad suele ser inferior a otros instrumentos financieros más arriesgados, como las acciones o los fondos de inversión. Esto limita su atractivo para quienes buscan maximizar su capital.
  • Riesgo de inflación y pérdida de poder adquisitivo - Si la inflación aumenta más rápido que los rendimientos de la deuda, los inversores podrían ver cómo su poder adquisitivo se reduce a lo largo del tiempo. En 2025, con la inflación aún en debate, este riesgo es importante.
  • Duración de la inversión e impacto en los rendimientos - La duración de la inversión puede influir en los rendimientos obtenidos. Los bonos a largo plazo pueden perder valor si los tipos de interés suben, afectando la rentabilidad total de los inversores.

Factores a tener en cuenta en 2025 antes de invertir

A la hora de plantearse realizar una inversión en deuda pública en 2025, los ahorradores deben tener una serie de puntos en cuenta. A continuación, os damos los factores clave que se deben evaluar antes de invertir:

  • Entorno económico global - El entorno económico global en 2025 continúa siendo volátil debido a los efectos de la recuperación post-pandemia y la evolución geopolítica. Es clave analizar los movimientos de los mercados y los riesgos macroeconómicos antes de invertir.
  • Políticas monetarias y fiscales - Las decisiones de los bancos centrales sobre los tipos de interés y las políticas fiscales de los gobiernos tienen un impacto directo en los rendimientos de la deuda pública. En 2025 resulta esencial estar al tanto de estas políticas para ajustar la estrategia de inversión.

¿Cómo se puede invertir en deuda pública?

Si bien la mención a “deuda pública” nos puede dar una pista principal, los títulos de deuda se adquieren en el Tesoro Público, siendo este tanto el organismo encargado de emitirlos como de gestionarlos.

No obstante, es importante tener en cuenta que hay una cantidad mínima en cada solicitud, estando esta marcada en los 1.000 euros. Y todas las peticiones superiores a esta cantidad tendrán que ser, a su vez, múltiplos de este número.

¿Qué significa esto? Que cualquier persona que quiera invertir en deuda pública no puede seleccionar la cantidad que desee, sino que tiene que ajustarse a los parámetros indicados. Es decir, no puede indicar que quiere invertir 3.5000 euros, sino que tendrá que cambiar el total a 3.000 euros o 4.000 euros.

Asimismo, no se pueden comprar las Letras, Bonos y Obligaciones siempre que se desee. Cada año tienen lugar una serie de subastas, períodos donde estos activos se ponen a la venta. Para aquellos inversores que quieren llegar a invertir en la deuda pública tendrán que mirar estas fechas, las cuales se marcan a principios de año. Ahí habrá que comprobar cuándo será la siguiente subasta para poder adquirir estos productos.

Por otra parte, es importante saber que existen dos maneras diferentes de invertir en deuda pública:

  • Acudir directamente al Tesoro Público - Puedes ir presencialmente a las oficinas del Banco de España o navegando por su web, donde puedes también realizar las transacciones.
  • Invertir en un fondo de inversión especializado en estas operaciones - Esta es una opción mucho más cómoda para los particulares ya que pueden seleccionar su perfil de riesgo ideal y delegar la gestión en profesionales especializados, quienes incluso pueden comprar deuda de diferentes países.

¿Esperar a que acabe el plazo o vender?

La principal desventaja que se encuentra a la hora de invertir en deuda pública es que, hasta que no se finaliza el plazo, no resulta posible recuperar el dinero. En productos que trabajan en el corto plazo, esto no resulta ser un inconveniente, pero en el caso de que se apueste por las Obligaciones del Estado, se necesita parte del capital, siendo muy difícil disponer de él.

¿Es realmente así? Bueno, es aquí donde entra en juego el llamado “mercado secundario”. Se trata de un mercado paralelo, donde se pueden poner estos títulos a la venta si no se desea esperar a que llegue la fecha de vencimiento.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que en este caso la rentabilidad será mucho menor y es posible que no se llegue a recuperar la integridad de la inversión, por lo que el inversor se puede enfrentar a pérdidas. Debido a esta razón, no es una salida recomendable, a menos que exista una gran urgencia por disfrutar de nuevo del capital.

Para poder reducir todo lo posible el riesgo de pérdidas es conveniente no jugárselo todo a una carta, diversificando el patrimonio en activos de diferente naturaleza: entidades públicas y privadas, rentabilidad fija y variable, a corto plazo y largo plazo… De este modo, si el resto están en ascenso y reportan ganancias, el impacto de la caída de uno de ellos no supondrá un duro golpe para la salud financiera del ahorrador.

Y por fin llega la hora de recoger las ganancias. Sin embargo, en este momento, justo el más esperado por todo inversor, puede surgir una incógnita: ¿cómo se deben tributar los beneficios obtenidos al invertir en deuda pública?

Para saber esto, es importante aprenderse tres porcentajes:

  • Hasta los 6.000 euros - Se grava al 19%
  • De 6.000 a 50.000 euros - Se tributa al 21%
  • Supera los 50.000 euros - Se grava al 23%

Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas cantidades solo se refieren a los beneficios que se han conseguido y no a la suma total que se devuelve al ahorrador ya que esta incluye su inversión original.

Por otra parte, es importante tener en cuenta que es posible compensar las pérdidas y las ganancias a la hora de realizarla declaración, de forma que tan solo se pagan impuestos por las ganancias reales, poniendo todos los activos en una balanza.

Alternativas de inversión a la deuda pública

Para diversificar riesgos, los inversores pueden considerar alternativas como el crowdlending. Esta opción resulta de interés ya que ofrece rendimientos más altos con plazos más cortos.

En plataformas como Inversa, los inversores pueden invertir en proyectos de empresas locales, facilitando una mayor diversificación con buenos retornos. Por ello, es una opción perfecta para aquellos que buscan los mejores resultados en sus inversiones.

¿Es un buen momento para invertir en deuda pública en 2025?

Una vez se han comprendido los diferentes tipos de productos, los mecanismos de inversión y los aspectos más importantes sobre la tributación, invertir en deuda pública es una actividad al alcance de cualquiera. Por ello, invertir en deuda pública en 2025 puede ser una buena opción para quienes buscan estabilidad en un entorno de incertidumbre económica.

Sin embargo, es importante sopesar las ventajas frente a los inconvenientes así como considerar la diversificación en otras alternativas de inversión, como las ofrecidas por Inversa, para mejorar la rentabilidad total y reducir el riesgo.

Atilano Martínez Rodríguez
Promotor, Socio Fundador y CFO de Inversa Invoice Market

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