¿Invertir en vivienda o en empresas de la economía real?
- ●Invertir en ladrillo, un clásico español que siempre vuelve
- ●Escasa vivienda libre, sólido comportamiento del empleo
- ●Los problemas de suministro y la inflación encarecen las reformas
- ●Las elevadas hipotecas y una normativa más restrictiva de los alquileres dificultan la obtención de ingresos
- ●Invierte tus ahorros en algo tan tangible como la vivienda: empresas de la economía real
- ●Realiza inversiones desde 20 euros y contribuir a la generación de riqueza, empleo e innovación
En Inversa ofrecemos a los ahorradores una alternativa diferente a invertir en vivienda: hacerlo en empresas que generan riqueza y empleo
El año pasado se vendieron en España 650.000 viviendas. La cifra más alta registrada en 15 años, es decir, desde el estallido de la burbuja inmobiliaria incentivada por la crisis financiera de 2008. Aunque este año se espera que el número de compraventas sea notablemente menor (en torno al medio millón), los precios seguirán en máximos este año (si bien se prevé que desciendan el que viene). Además, el euríbor también se ha consolidado por encima del 4% en septiembre. Otra cifra histórica que evidencia el encarecimiento de las hipotecas variables.
Este caldo de cultivo nos muestra que no nos encontramos en el mejor momento para invertir en vivienda, uno de los productos por el que han optado más ahorradores en nuestro país desde el desarrollismo.
Por suerte, hoy en día existen numerosas alternativas para invertir los ahorros y conseguir obtener unos intereses por ellos.
Sin ir más lejos, en plataformas de crowdfactoring como Inversa es posible invertir en algo igual de tangible, sólido y entendible que una vivienda: empresas de la economía real que generan trabajo y riqueza y contribuyen de forma decisiva a la innovación y la investigación.
En este artículo, vamos a analizar por qué invertir en vivienda en el último trimestre de 2023 no es la mejor decisión para cosechar intereses e ingresos pasivos y pondremos en valor la inversión en pequeñas y medianas empresas que necesitan financiarse para crecer.
Invertir en ladrillo, un clásico español que siempre vuelve
En el sector de la inversión se ofertan muchos productos que requieren un alto conocimiento financiero para poder entenderlos y gestionarlos. Futuros, derivados… Estos productos complejos no están pensados para los ahorradores y pequeños inversores. Las acciones, por su parte, son volátiles y también han de ser gestionadas por expertos bursátiles. Mientras que otros productos clásicos como la deuda pública o los depósitos bancarios ofrecen rentabilidades bajas. Por eso, desde los años 60, millones de españoles han invertido sus ahorros en un producto que no solo podían entender, sino también tocar con sus propias manos: bienes inmuebles en general y vivienda en particular.
A este proceso se le ha denominado habitualmente como invertir en ladrillo y ha tenido una importancia trascendental en el devenir de la economía española. Tal es así que la inversión en vivienda llegó a representar más de un 11% del PIB de España antes del estallido de la burbuja inmobiliaria y la construcción empleó en los momentos cumbres del sector a casi 3 millones de trabajadores.
Aunque la crisis inmobiliaria generó pérdidas económicas millonarias y ahuyentó a muchos inversores, a partir del 2013 cada vez más personas han vuelto a invertir en vivienda, como evidencian las cifras que señalamos al inicio de este artículo. ¿Por qué? En gran medida por la sólida creencia de que la vivienda, tarde o temprano, aunque se produzca una crisis va a valer más en el futuro que en el momento de compra.
Sin embargo, en los momentos en los que los precios están más altos, como el actual, es posible que se tarde más en superar el valor de compra y entran en juego múltiples derivadas que un inversor no puede controlar, como la revalorización de la ciudad o barrio en la que se encuentra, o los efectos de una normativa más restrictiva en la compraventa o en el alquiler de viviendas.
Escasa vivienda libre, sólido comportamiento del empleo
El encarecimiento de las hipotecas y del acceso a la financiación, como consecuencia de la subida de tipos de interés, hacía presagiar que iban a caer los precios de la vivienda en nuestro país. Sin embargo, esto no se ha producido, sobre todo, por dos grandes factores:
- La vivienda escasea, sobre todo, en las zonas donde se concentra la actividad económica. Por ejemplo, en Madrid, pero también en las ciudades tractoras de las economías regionales, como Málaga, Bilbao o A Coruña.
- La economía española y el empleo se han mostrado sólidos en los últimos trimestres, a pesar de la guerra de Ucrania, la inflación y la subida de tipos para frenarla.
De ahí que nos encontremos en un escenario en el que el precio de la vivienda se encuentra en máximos históricos y, por lo tanto, los pequeños inversores se encuentren ante dos barreras a la hora de decidir invertir en vivienda:
- El alto precio de compra exige disponer de una cantidad de dinero mayor para poder invertir en vivienda. Puesto que, aunque se pida una hipoteca, es imprescindible disponer de suficiente capital para abonar la entrada.
- La posibilidad de que los precios estén tocando techo, implica que una vivienda comprada en 2023 pueda valer menos el año que viene, con lo que la inversión no sería rentable. Aunque a la larga, la vivienda termine revalorizándose, el inversor tendrá que asumir la incertidumbre de que lo haga o no y esperar a que esto se produzca.
Los problemas de suministro y la inflación encarecen las reformas
En muy pocas ocasiones se adquiere una vivienda en perfecto estado para poder vivir en ella o destinarla al alquiler. De ahí que a la hora de invertir en vivienda sea fundamental tener en cuenta el dinero que se ha de desembolsar a la hora de realizar obras y reformar diferentes espacios.
Una de las consecuencias más perniciosas del covid a nivel económico fue una crisis en la cadena de suministro global, que ha contribuido a provocar una inflación persistente en la Unión Europea.
Hoy en día, muchos materiales esenciales para las obras registran precios extraordinariamente elevados (pvc, aluminio…) que encarecen las reformas de viviendas.
Si a ello sumamos el hecho de que el auge de la inflación es general y que el incremento de los precios de los carburantes durante el otoño va a encarecer aún más los materiales, pero también la mano de obra, no parece que nos encontremos en el momento ideal para contratar obras a un precio adecuado para poder rentabilizarlas.
Las elevadas hipotecas y una normativa más restrictiva de los alquileres dificultan la obtención de ingresos
Basta consultar cualquier medio de comunicación para constatar que una de las principales problemáticas de la actualidad son las elevadas cuotas que tienen que pagar las personas que han contratado hipotecas variables.
Un escenario con hipotecas altas dificulta que miles de personas tomen la decisión de invertir en vivienda ¿Por qué? Afrontar el pago mensual de la hipoteca puede resultar todo un desafío. Además, si las hipotecas son muy altas se comen la generación de intereses pasivos asociada al alquiler de viviendas. Lo que nos conduce a otro aspecto clave a la hora de hablar de invertir en vivienda: la regulación de los alquileres.
La pasada legislatura, el Gobierno aprobó una Ley de Vivienda, tras una negociación muy compleja entre los socios de coalición, que pone restricciones a los alquileres y al incremento de su precio. Además, para paliar los efectos de la inflación en las familias, en los últimos años han existido topes a la subida del importe del alquiler. Por lo que este ha subido menos que la inflación, lo que supone una reducción de los intereses obtenidos por la persona que compró la vivienda como inversión que le reportara intereses pasivos.
Invierte tus ahorros en algo tan tangible como la vivienda: empresas de la economía real
A la luz del complejo escenario que venimos de relatar, en vez de invertir en vivienda, ¿se podría optar por un producto igual de sólido, comprensible y palpable? Sí, en empresas de la economía real.
El tejido productivo es uno de los principales activos de cualquier país. El éxito de las empresas es clave para el conjunto de la sociedad, puesto que son ellas las que generan riqueza y empleo.
Hasta ahora, el número de empresas en las que podíamos invertir era limitado y el perfil eran grandes compañías. Por ejemplo, mediante la adquisición de acciones bursátiles. Sin embargo, hoy en día es posible invertir, también, en pequeñas y medianas empresas. ¿Cómo? En plataforma de inversión minorista como Inversa Invoice Market, en la que negocios de la economía real comercializan sus facturas emitidas para adelantar el cobro y obtener la liquidez que necesitan para acometer inversiones o gestionar una mayor carga de trabajo.
A través del crowdfactoring, miles de inversores pueden financiar las facturas de las empresas de la economía real y obtener unos intereses muy atractivos a cambio. En Inversa Invoice Market la rentabilidad media de las facturas fue de, 7,9% en 2022 y muchas facturas rondan el 10%.
Más allá de la rentabilidad, invertir en empresas puede atraer a las personas predispuestas a invertir en vivienda porque:
- Es fácil de entender el funcionamiento del crowdfactoring.
- Los inversores deciden en qué empresas invierten y en cuáles no. Además de la información financiera que se les ofrece, pueden realizar sus propias investigaciones sobre las empresas cedentes y deudoras.
- La materialidad de la inversión. Invertir en vivienda resulta tan atractivo porque supone invertir en un producto físico que pasa a pertenecernos. En el caso del crowdfactoring no se adquiere una empresa o una parte de ella, pero la inversión tiene un efecto material directo, porque ese dinero es empleado por una empresa real, que produce bienes o presta servicios y cuenta con trabajadores.
- Los inversores conservan todo el poder de decisión sobre cómo se invierte su dinero. Además, al tratarse de una inversión a corto plazo, puesto que el plazo máximo de vencimiento de las facturas son 6 meses, pueden adaptar sus estrategias de inversión según sus necesidades de liquidez o sus intereses personales.
Realiza inversiones desde 20 euros y contribuir a la generación de riqueza, empleo e innovación
Otro aspecto esencial a la hora de optar por invertir en empresas, en vez de invertir en vivienda, es el dinero necesario para realizar una inversión. Como ya hemos indicado en este artículo, para adquirir una vivienda hace falta tener una cifra de ahorros considerable. Por la contra, los pequeños ahorradores pueden obtener una rentabilidad por su dinero a partir de tan solo 20 euros.
Que el capital inicial sea tan reducido, abre las puertas del sector de la inversión al conjunto de la ciudadanía. Además, a ello hay que sumarle otro factor diferencial: la celeridad del proceso y la ausencia de burocracia.
Comprar una vivienda y obtener una hipoteca no es un proceso que resuelvas de un día para otro, sino que consume muchas energías y requiere pasar por una serie de trámites. Al fin y al cabo, invertir en vivienda es una acción de gran impacto en la economía de una persona o una familia.
En cambio, las plataformas de financiación alternativa como Inversa Invoice Market facilitan la posibilidad de invertir prácticamente al momento. Una vez que un inversor se registra, recibirá una respuesta en 24 h., autorizándolo para comenzar a invertir en facturas de empresas que generan riqueza y empleo y que son fundamentales en el terreno de la innovación.
Invertir en vivienda sigue siendo una opción atractiva para miles de ahorradores, pero hoy en día tienen a su disposición otras alternativas de inversión, como apostar por empresas de la economía real, seguras, sólidas y transparentes, que ofrecen rentabilidades atractivas en el corto plazo y que contribuyen a la consolidación del tejido productivo y al bienestar de las personas.