La emoción y la psicología en la inversión

06/11/2020
La emoción y la psicología en la inversión

La psicología y las emociones desempeñan un papel muy importante a la hora de invertir. De hecho, hay quien afirma que la inversión bursátil es un 90% psicología y un 10% conocimientos. Cuando hay dinero por medio, los seres humanos muchas veces nos volvemos irracionales, y si el dinero es nuestro aún más. Es decir, dejamos de razonar y actuamos por impulsos. Veámoslo con un ejemplo:

- Cuando se pierde bastante dinero en una inversión, probablemente la próxima vez esa persona invierta menos.

- Si apuestas algo y ganas, lo más probable es que la siguiente vez apostarás con menor prudencia porque tienes la sensación de que el dinero ganado en la anterior apuesta no es tuyo aún.

En el proceso de toma de decisiones intervienen dos factores:

  • La capacidad analítica, es decir, la facultad de evaluar y comprender el contexto en el que se toma una decisión y sus posibles repercusiones.

  • Las emociones, es decir, los estados psicológicos en los que se encuentra la persona que adopta la decisión.


Aunque tengas tus inversiones planificadas detalladamente gracias a la capacidad analítica, si dejas que te controlen las emociones, va a ser complicado seguir el plan. Por eso, si queremos invertir y conseguir buenos resultados, es primordial aprender a controlar nuestros sentimientos.  Pero, ¿qué emociones suelen aparecer a la hora de invertir?

  • El miedo hace que tomemos malas decisiones. Muchos sienten miedo a perder el dinero y solo invierten en productos muy seguros con una rentabilidad baja. Es paradójico: por miedo a perder dinero, se pierde dinero. Mucha gente no le saca rentabilidad a su dinero solo por miedo, debido a la falta de conocimientos.

  • La codicia nos empuja a intentar ganar cada vez más. La tentación de conseguir altas rentabilidades en poco tiempo provoca que se tomen malas decisiones con consecuencias desastrosas.

  • La euforia, entendida como exceso de positivismo, hace que bajemos la guardia. Como consecuencia, se toman decisiones equivocadas sin prestar mucha atención a los detalles.

  • La tristeza, aunque parezca que no tiene que ver, también juega un papel importante. Cuando alguien se siente triste intenta mejorar su estado de ánimo dándose un capricho, por lo que un inversor puede tomar una muy mala decisión solo por cumplir un capricho para sentirse mejor.

  • La envidia hacia quien consigue altas rentabilidades en poco tiempo suele desembocar en gestionar incorrectamente el dinero.


Estas emociones se intensifican sobre todo invirtiendo en productos de riesgo alto, sobre todo cuando se acortan los plazos. Para evitar estas emociones es importante realizar una buena planificación y seguirla a rajatabla. Otra buena opción es automatizar. Puedes programar transferencias periódicas a tu plataforma de inversión para no gastar el dinero que tenías pensado invertir en cosas innecesarias.

A la hora de tomar decisiones financieras, es fundamental la educación financiera desde edades tempranas y a lo largo de la vida. En el proceso de inversión intervienen hasta 128 sesgos cognitivos que llevan a cometer errores, por lo que es importante que cada inversor identifique los que más le afectan para evitarlos. Los sesgos que más afectan a los inversores españoles son los de exceso de confianza y la aversión al riesgo. Una formación adecuada unida a la experiencia es esencial para mitigar dichos sesgos, pero quizás te sirvan estas pautas a seguir:

  • Examinar alternativas de inversión: actualmente existe una gran variedad para escoger. Si aún no conoces la financiación alternativa, te recomendamos echar un vistazo al artículo del blog en el que se explican las PFP (plataformas de financiación colectiva). En Inversa nos dedicamos al crowdfactoring, financiando facturas a corto plazo. Para entender mejor cómo funciona, puedes echar un vistazo a este otro artículo del blog en el que se explican los conceptos básicos.

  • Considerar los pros y contras de las distintas opciones.

  • Pensar lo contrario: enumerar una serie de motivos para por las que la decisión inicial podría fallar.

  • Recurrir a las clásicas cinco W del periodismo: en qué se quiere invertir, por qué, cómo, cuánto, cuándo y por cuánto tiempo.

  • Seguir una lista de comprobación. La CNMV propone la siguiente:
    • ¿He leído detenidamente toda la información del producto?

    • ¿La información es completa?

    • ¿Entiendo las características básicas del producto?

    • ¿Sé en lo que estoy invirtiendo?

    • ¿Conozco los riesgos?

    • ¿El producto encaja con mi perfil inversor?

    • ¿El horizonte temporal de la inversión es acorde con mi perfil inversor?



Esperamos que con este artículo seáis más conscientes del papel que juegan las emociones a la hora de invertir, para así aprender a gestionarlas mejor y obtener mejores resultados en tus inversiones.

Atilano Martínez Rodríguez
Promotor, Socio Fundador y CFO de Inversa Invoice Market

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