Transferencias inmediatas: cómo enviar y recibir dinero en cuestión de segundos
Las transferencias inmediatas permiten que el dinero llegue a su destino de forma instantánea, sorteando los inconvenientes que presentaban las transferencias convencionales
Aunque internet ha impuesto el presto, algunos mecanismos financieros y bancarios no se adaptan a este tempo y continúan funcionando en adagio. Es el caso de los envíos de dinero, que todavía pueden ser procesos lentos y farragosos, incluso cuando la velocidad es un factor crítico. Y es precisamente por este motivo por el que se crearon las transferencias inmediatas.
Hay determinados conceptos en los que el nombre lo dice todo. Este es uno de ellos. Las transferencias inmediatas son aquellas en las que el dinero llega a su destino en el mismo momento en el que se transfiere. Son prácticamente instantáneas, pues no suelen necesitar menos de diez segundos para viajar de una cuenta a otra.
Por regla general, estos procesos tienden a demorarse mucho más tiempo. Las transferencias convencionales tardan horas o hasta días en llegar, especialmente si se tiene en cuenta que los fines de semana, los festivos y el resto de días no hábiles no computan. Y esto ya supone una mejora con respecto al pasado, cuando los plazos eran todavía más extensos.
Esto provoca, por ejemplo, que una transferencia enviada un viernes no llegue a su destinatario hasta el lunes. Y durante ese tiempo ni el emisor ni el receptor pueden disfrutar del dinero.
Por la contra, en las transferencias inmediatas el día y la hora carecen de importancia. Aunque se trate de un sábado a las cuatro de la mañana, la suma se podrá transferir sin problema en cuestión de segundos. Esta velocidad y esta flexibilidad horaria son dos de sus grandes atractivos, que hacen que muchas personas apuesten por enviar el dinero mediante este método.
Comisiones e importe máximo de las transferencias inmediatas
Este servicio está presente en cada vez más entidades bancarias. En la actualidad, es raro la que todavía no lo incluye en su carta. Pero hay una diferencia abismal entre unas y otras. Y el motivo reside en el precio de la propia transferencia.
En algunos bancos, las transferencias inmediatas son completamente gratuitas, y sus clientes pueden enviar dinero sin tener que asumir ningún sobrecoste. Otros, sin embargo, cobran una comisión por cada operación que se realiza. Esta cantidad la determina la propia entidad, y varía significativamente de unas a otras: en algunos bancos es inferior a un euro, mientras que en otros puede ascender hasta los diez euros.
¿Y qué hay del importe máximo? Hasta julio del año 2020, el mayor volumen de dinero que se podía enviar mediante las transferencias inmediatas era de 15.000 euros. Pero hace poco más de tres años se decidió ampliar esta cifra, cuyo techo está fijado a día de hoy en los 100.000, si bien hay entidades que establecen un límite más bajo.
Por otro lado, es indispensable tener en mente que las transferencias inmediatas no se pueden cancelar. Por consiguiente, es importante asegurarse de que todos los datos son correctos. Especialmente los del destinatario, ya que, si le llega por error a otra cuenta, habrá que solicitar la intervención del propio banco, que se pondrá en contacto con la persona que recibió la transferencia para que devuelva el dinero. Y el proceso de recuperación no siempre es ágil y sencillo, de manera que la transferencia será de todo, menos inmediata.
Asimismo, hay que asegurarse de que el beneficiario también posee una cuenta bancaria que acepta este servicio. En caso contrario, la transacción será errónea o tardará mucho más tiempo en llegar, perdiéndose de nuevo el sentido de la inmediatez.
Un mecanismo reservado para determinados países
Si bien es cierto que las transferencias inmediatas borraron muchas de las fronteras a la hora de enviar dinero entre diferentes países, no es posible emplearlas para enviar dinero a Estados Unidos, Latinoamérica o Asia. De hecho, tan solo funcionan en los países pertenecientes a la zona SEPA (Single Euro Payments Area).
Conocida en español como la Zona Única de Pagos en Euros, esta área está conformada por 36 naciones, entre las que se encuentran todos los estados miembros de la Unión Europea. Fue constituida para que los ciudadanos de estas regiones tuvieran las mismas condiciones a la hora de enviar y recibir dinero, acabando así con las desigualdades.
Como su nombre indica, la moneda enviada durante estas operaciones solo puede ser una: los euros. A fin de cuentas, las transferencias inmediatas son una medida impulsada por el Banco Central Europeo y el Consejo Europeo de Pagos.
De esta forma, cualquier habitante de estos países puede realizar este tipo de transferencias si su banco se lo permite. Para ello, tiene dos opciones: acudir en persona a una sucursal para gestionarlo con la ayuda del personal de oficina o hacerlo directamente desde su hogar con un dispositivo electrónico a través del servicio de banca online.
Otras alternativas a las transferencias inmediatas
Como hemos visto anteriormente, el envío de dinero se puede demorar si se realiza mediante una transferencia convencional. La única excepción es cuando las dos cuentas pertenecen al mismo banco. Estos movimientos, denominados traspasos, suelen ser más ágiles.
Por este motivo, si se desea transferir el dinero de forma inmediata a otro banco, las transferencias convencionales no suelen ser la mejor herramienta. Entonces, ¿qué otras alternativas existen a las transferencias inmediatas?
La simplicidad y rapidez que caracterizan a Bizum han popularizado a esta solución, especialmente durante los últimos años. Gracias a esta aplicación, cualquiera puede enviar dinero desde su teléfono móvil en pocos pasos, y el receptor disfruta de esa suma al instante.
Sin embargo, existen determinadas limitaciones que pueden disuadir a ciertos usuarios de su uso, dado que este servicio no permite enviar más de 500 euros en cada operación, con un límite mensual de 5.000 euros. Así pues, no es el mejor aliado cuando se tienen que transferir grandes cantidades.
Por otra parte, hay personas que recurren a las transferencias urgentes o transferencias OMF (Órdenes de Movimientos de Fondos), que son gestionadas por el Banco de España. Estas se abonan en el mismo día, a menos que se ordenen a partir de las 16:00, en cuyo caso se tramitarán en el siguiente día laborable. Por tanto, no son tan flexibles como las transferencias inmediatas, y los bancos suelen cobrar comisiones que pueden llegar a ser bastante considerables.
Cuando existe cierta urgencia y los volúmenes de dinero son más significativos, las transferencias inmediatas continúan siendo una de las opciones más ventajosas.
Carga tu cuenta de Inversa con las transferencias inmediatas
Las transferencias inmediatas son, en definitiva, una solución muy útil y eficaz. De ahí que cada vez sean más las plataformas de inversión que comienzan a aceptarlas. En Inversa Invoice Market, por ejemplo, es posible utilizarlas para enviar dinero a la cuenta de inversión y cargarla de forma instantánea. Una funcionalidad esencial.
Supongamos que encontramos una factura con unas condiciones muy favorables. El interés es elevado, el nivel de riesgo es mínimo, la fecha de vencimiento es la deseada… Queremos inyectar el capital en ella, pero todo el dinero disponible en la cuenta de Inversa está invertido en otras facturas, cuyo plazo todavía no ha finalizado.
No obstante, la factura deseada ya se ha cubierto en más de un 80 %, por lo que en breves puede dejar de estar disponible, y es crucial recargar la cuenta cuanto antes.
Si esto sucede un viernes a la tarde, las transferencias ordenadas podrían no procesarse hasta el siguiente lunes, y es probable que se pierda esta oportunidad de inversión. Una situación que podría ocurrir, por ejemplo, tras el anuncio de la factura de la semana, que se publica todos los viernes.
Pero con las transferencias inmediatas, que ya son aceptadas en la plataforma de financiación alternativa, es posible recargar la cuenta de Inversa en un abrir y cerrar de ojos y financiar las facturas deseadas en cualquier momento, sin que la burocracia suponga un obstáculo.
Invertir jamás ha sido tan rápido.